¿Sabías que el Occidente de Asturias alberga alrededor de setenta castros de origen celta? Pese a que no todos están acondicionados para su visita, sí que los hay que permiten pasearse por sus calles y descubrir sus secretos. Todo ello, además, en un entorno natural de gran belleza.
Quizás el más popular sea el Castro de Coaña, también conocido como “el Castelón”, uno de los mejores ejemplos arqueológicos para conocer más en profundidad esta parte de nuestra historia que se remonta alrededor de 2.500 años atrás.
Está ubicado en Villacondide, un pequeño pueblo del concejo de Coaña, y para llegar hasta allí basta con tomar la carretera AS-12 en Navia con dirección Boal y continuar hasta el kilómetro 6, donde giraremos a la derecha siguiendo las indicaciones que nos conducirán hasta el aparcamiento que hay al lado del aula didáctica.
⇒ El aula didáctica es el punto ideal para iniciar la visita, ya que además de acoger las taquillas y los servicios también cuenta con una amplia exposición en la que se explica desde la historia y desarrollo de los castros hasta la importancia de las extracciones auríferas en Asturias.
Los orígenes del Castro de Coaña
El Castro de Coaña se encuentra dentro del Parque Histórico del Navia, una comarca de gran valor histórico y cultural que abarca los concejos de Navia, Villlayón, Coaña, El Franco, Boal, Tapia de Casariego, Illano, Pesoz y Grandas de Salime.
Y es que en el valle del río Navia, además de castros, hay gran presencia de otros hitos arqueológicos, como dólmenes, túmulos o menhires, construcciones megalíticas que datan de fechas anteriores a los años de la cultura castreña.
La fundación del Castro de Coaña se remonta a la Edad de Hierro (siglos V-IV a.C), cuando ocupaban el territorio los albiones, un pueblo celta astur que formaba parte del Conventus Lucensis, con capital en Lucus, la actual ciudad gallega de Lugo.
Sin embargo, en la zona Noroeste de la península Ibérica, existen asentamientos fortificados desde mucho antes, tanto como desde la Edad de Bronce (siglo IX a.C) y no se dejaron de construir hasta época Medieval (siglo X d.C).
De todas formas, la mayor parte de las ruinas que podemos ver actualmente en este castro son restos del siglo II d.C. cuando se abandonó ya en época Romana, tras la ocupación del asentamiento por parte de las tropas de César Augusto en el siglo I d.C.
Pero, aunque nos guste imaginarnos fieras batallas dentro de los muros de estos poblados, no hubo una conquista militar castro por castro, sino que se fueron rindiendo según se sometían los pueblos mayores que los gobernaban.
Pese a que se conoce la existencia del Castro de Coaña desde hace muchos siglos atrás, la primera excavación no se realizó hasta 1877, siendo éste el primer castro excavado en Asturias.
De todas formas, las labores de desenterramiento no se extendieron demasiado en el tiempo durante esos años, y no se reactivaron hasta 1940, cuando lo retomarían en periodos de trabajo intermitente hasta nuestros días.
Es importante señalar que hace años los castros funcionaban como canteras para los pueblos de los alrededores. Los vecinos utilizaban las piedras de las edificaciones castreñas para construir sus casas, sometiendo a los antiguos poblados a un expolio que, en muchos casos, los haría desaparecer.
Los castros y la importancia del entorno
Muchos castros de esta zona (por no decir casi todos) estaban relacionados con la actividad aurífera, y es que la extracción de oro era una de las principales actividades económicas para los romanos, como ya te conté en el post “Las Cuevas de Andina, un paseo por las entrañas del occidente asturiano” y en “Buscando oro en Navelgas: tras la huella de los por el concejo de Tineo”.
Éste además estaba en una ubicación excepcional para el comercio debido a que se encontraba en plena zona navegable del río Navia y muy próximo al mar. Y es que casi todos los castros solían estar cerca de vías de comunicación y de zonas que permitían el autoabastecimiento de la comunidad.
En el caso del Castro de Coaña el terreno era fértil debido al clima templado que reina durante todo el año en este territorio. La cercanía del mar, del río Navia y del colindante arroyo Xarrióu, propiciaban las condiciones perfectas para el desarrollo de la agricultura y la ganadería.
Estos campamentos se ubicaban además en colinas de fácil protección. La loma donde se encuentra el Castro de Coaña está protegida de forma natural por el valle y las montañas que lo rodean, y un poco más allá, por el río, que actúa como barrera hacia el este.
Además, todos los castros están fortificados. Éste en concreto cuenta con un foso de cinco metros de profundidad y aproximadamente unos 100 metros de largo, así como con una muralla, elementos que nos darán la bienvenida nada más entrar al poblado.

El Castro de Coaña albergaba una comunidad de alrededor de 200 personas y, pese a que no se sabe muy bien cuál era la estructura social que imperaba en el asentamiento durante aquellos años, está dividido en dos zonas:
• la Acrópolis: la parte alta, de la que aún queda mucho por excavar.
• el Barrio norte: prácticamente excavado entero, con unas 80 construcciones contabilizadas.
Al traspasar la puerta de entrada llegamos a la calle principal, cuya principal característica es el empedrado, con pizarras clavadas en sentido vertical. En cambio, unos metros más adelante podemos ver cómo las pizarras se utilizan, en este caso en la acera, en sentido contrario, planas unas junto a otras.



Otro punto interesante es la zona que se dedicaba a sauna ritual en época celta y que posteriormente serviría como termas para los romanos. En este punto se puede ver lo que sería el horno, distinguible fácilmente por su forma redonda.
Casi enfrente, se encuentra la parte conocida como “el torreón”, una pequeña explanada rectangular que se cree que funcionaba como plaza de reunión y espacio público para los habitantes del castro.
Desde aquí se tienen muy buenas vistas sobre las cabañas que componen el poblado, la mayoría de ellas de forma redondeada, el modelo más común en los castros del noroeste. Sin embargo también se pueden ver algunas construcciones en esquina recta y otras en esquina curva.

Las paredes de las edificaciones, que en algunos casos alcanzan los dos metros de grosor, se construían en pizarra y barro, con techos vegetales, de pizarra (éste es uno de los materiales de construcción más frecuentes en el Occidente de Asturias) o de teja.
Aquí se encontraron numerosos objetos de bronce, herramientas de hierro, cerámica, monedas… Piezas que ahora se pueden ver en Oviedo, en el Museo Arqueológico de Asturias.
También es interesante pararse a contemplar las piedras de granito que nos toparemos durante el recorrido y que servían como morteros o molinos para machacar el cereal o diferentes frutos antes de cocinarlos.
Hablando de piedras… Es muy probable que, al inicio del recorrido, no te hayas fijado en la piedra granítica de gran tamaño que había a mano derecha, así que te animo a que al salir, casi llegando al aula didáctica, te fijes en ella (esta vez a mano izquierda).
Se trata de una pila descubierta en el arroyo de A Barcúa y que aún se desconoce cómo pudo llegar hasta aquí…

Qué saber antes de visitar el Castro de Coaña
La visita se puede hacer por libre o guiada (solo en español). Yo recomiendo ir con tiempo suficiente como para hacer el recorrido guiado (unos 45 minutos e incluido en el precio de la entrada) y poder luego pasear por el castro por nuestra cuenta (con otros 15 minutos será suficiente).
Suele haber dos guías, una señora y un señor. A mí, que he hecho la visita con los dos, me gustaron más las explicaciones de ella, me resultaron más completas y amenas.
De todas formas, como es algo que no se puede elegir, será cuestión de “suerte” con quién te toque. Por eso mi recomendación es que, por si acaso, visites el aula didáctica antes de hacer el recorrido para así tener una visión general previa de lo que te vas a encontrar.
El precio de la entrada general es de 3.13€ y la reducida de 1.62€ (niños de 7 a 12 años, mayores de 65 y miembros de familia numerosa). Los miércoles el acceso es gratuito y está prohibido acceder con perros.
El Castro de Coaña abre de miércoles a domingo (lunes y martes cerrado) y el horario es:
• del 1/4 a 30/9 de 10:30 a 17:30 (visitas guiadas a las 11:00, 13:00 y 16:00)
• del 1/10 a 31/3 de 10:30 a 15:30 (visitas guiadas mediante reserva en el teléfono 985 978 401)
Si te has quedado con ganas de descubrir un poco más sobre la cultura castreña y los primeros habitantes del Occidente de Asturias te animo a que veas el documental El Parque Histórico del Navia: Los Primeros Pobladores.
Se trata de un vídeo muy interesante que narra parte de la historia antigua del valle del río Navia y muestra algunos de los restos más representativos de aquellos años.
En definitiva, si buscas un lugar donde aprender un poco de historia mientras caminas entre restos arqueológicos, el Castro de Coaña es tu sitio. ¡Es una visita muy interesante y didáctica!
2 comentarios
Muchas gracias por este artículo.
A ti por tu comentario Francisco. Un saludo!!!