Que Asturias es un territorio eminentemente rural es indiscutible. Campos y montañas se suceden a lo largo y ancho de toda la región. Sin embargo, en la zona centro tres ciudades crean un triángulo urbano muy diverso e interesante que es imprescindible visitar: Oviedo, Avilés y Gijón.
Aún me sigue pareciendo curioso que sean tan diferentes entre sí, pero que se complementen tan bien. Oviedo es señorial y monumental. Avilés es histórica y vanguardista. Gijón es desenfadada y marinera. Y la esencia cosmopolita de todas ellas es increíblemente cautivadora.
¿Te animas a descubrir todo lo que no te puedes perder en esta escapada urbana por Asturias? En este post te cuento cuáles son los rincones imprescindibles que debes visitar si solo tienes un día para cada una de estas tres ciudades.
Oviedo: señorial y monumental
Oviedo tiene un casco histórico increíble que es muy fácil de recorrer, ya que está bastante concentrado y la mayor parte es peatonal.
En la plaza de la Constitución, donde se encuentra la oficina de turismo, puedes ver el edificio del ayuntamiento y la iglesia de San Isidoro.
A escasos metros se encuentra el mercado del Fontán (cuya construcción se remonta a 1885), así como también la colorida plaza soportalada con la que comparte nombre.
Volviendo hacia el ayuntamiento puedes acercarte hasta la vistosa plaza de Trascorrales. Allí, junto a la estatua de “La Lechera”, está el edificio del antiguo mercado del pescado, que data de 1866 y que actualmente se utiliza como sala de exposiciones y eventos.
Muy cerca está la catedral de San Salvador, acompañada en un extremo de la plaza por la estatua de “La Regenta”, protagonista de la novela homónima escrita por Leopoldo Alas, Clarín.
Verás que alrededor de esta plaza hay numerosos edificios y espacios interesantes que observar: la iglesia de San Tirso el Real, el Jardín de los Reyes, el Palacio de Valdecarzana-Heredia, el Palacio de Camposagrado, la capilla de la Balesquida o el Museo de Bellas Artes.
Desde aquí puedes caminar hasta el edificio histórico de la universidad, cuyo claustro presidido por la estatua de Fernando Valdés-Salas (fundador de la universidad de Oviedo), es una visita obligatoria.
A poco metros se encuentra la plaza de La Escandalera, con la escultura de La Maternidad de Botero en un extremo y el Teatro Campoamor, donde se celebran anualmente los Premios Princesa de Asturias, al cruzar la calle.
Si has llegado hasta aquí seguro que no podrás apartar tus ojos del gran culo que el escultor Úrculo creó para Oviedo, el Culis Monumentalibus, punto de partida de la zona comercial de la ciudad.
Trazando una diagonal que atreviese la plaza verás el edificio de la Junta General del Principado de Asturias, cuya construcción se remonta a 1910.
Para terminar esta visita al casco histórico de Oviedo te recomiendo que pasees por el Campo San Francisco. Además de una amplia variedad de plantas también esconde pequeñas joyas que prefiero no desvelarte para que las descubras por ti mismo.
Otro plato fuerte de Oviedo es su arquitectura prerrománica, declarada junto con el resto de monumentos prerrománicos de Asturias Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo son los edificios más conocidos, sin embargo, no muchas personas saben que, a pocos minutos del centro de la ciudad, se pueden visitar otras dos joyas del arte prerrománico asturiano: la fuente de Foncalada y San Julián de los Prados.
Lo mejor sería que los vieses todos, pero si tuvieses que elegir yo te recomendaría que, al menos, visitases el Centro de Interpretación del Prerrománico Asturiano y a continuación Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, aunque solo sea por fuera.
Además de por la belleza e importancia de los propios monumentos también es una buena opción por las vistas sobre Oviedo que se pueden contemplar desde el monte Naranco.
Si no tienes tiempo suficiente para ir hasta allí (ya que requiere desplazamiento en autobús -líneas A1 o A2-, coche o taxi), siempre puedes acercarte caminando hasta San Julián de los Prados. Para que te hagas una idea, el recorrido a pie desde la plaza de la catedral es de unos 15 minutos.
Avilés: histórica y vanguardista
Al igual que Oviedo, Avilés tiene un casco histórico espectacular con más de 2 kilómetros de calles porticadas que le dan un toque medieval muy pintoresco y que fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1955.
Te aconsejo que tu recorrido comience en la plaza de España, donde están el ayuntamiento, el palacio de Ferrera (actualmente reconvertido en hotel) y desde donde partiremos hacia uno de mis rincones preferidos: la plaza Domingo Álvarez Acebal.
Allí puedes ver la singular fuente de los caños de San Francisco y la iglesia San Nicolás de Bari, con un claustro que da a una fachada lateral al que es imprescindible asomarse.
De esta plaza parte la calle Galiana, que se remonta al siglo XVII y cuyos soportales albergaban las casas de los artesanos, con la cuadra en la parte inferior y la vivienda en la superior. De hecho, aún se conserva el suelo empedrado por el que circulaba el ganado.
El contraste entre estas casas humildes y las lujosas casas de indianos que hay al otro lado de la calle es evidente.
Desde aquí puedes entrar en el parque de Ferrera y visitar su coqueto jardín francés para luego salir por la calle Rivero y continuar hasta el Teatro Palacio Valdés para ver su fachada.
En la calle de la Ferrería se concentran numerosos rincones interesantes, como el Palacio de Valdecarzana, el Museo de Historia Urbana de Avilés y, casi al final, la iglesia de San Antonio de Padua, que es de estilo románico y además es el edificio más antiguo de Avilés.
Unos metros más adelante llegarás al Parque del Muelle, del que te puedes desviar un momento para ver el Mercado de los Hermanos Orbón. Si tu visita no coincide con día de mercado (antes de la llegada del COVID se celebraba los lunes) acércate igualmente, ya que arquitectónicamente es muy bonita con su conjunto de galerías blancas acristaladas.
Ahora sí, puedes volver tras tus pasos hacia el Parque del Muelle y, si te apetece, dar un paseo por el entorno de la ría para así ver los restos de esa parte más industrial que tanta injusta mala fama le supuso a Avilés durante las pasadas décadas.
Lo que no puedes dejar de hacer es acercarte hasta la antigua plaza del pescado (plaza de Santiago López) y cruzar por “la grapa” y por el colorido puente de San Sebastián hacia el Centro Cultural Internacional Óscar Niemeyer.
Además de alucinar con los espacios exteriores, te sugiero que te informes de las exposiciones que se celebran y que, si tienes tiempo, hagas la visita guiada (3€) que recorre todas las instalaciones.
Algo alejado del casco antiguo pero también tremendamente interesante es el ciCLAC (Centro de interpretación del Cementerio de La Carriona), un espacio donde se ubica al visitante en el contexto de la construcción del cementerio y donde se muestran las principales obras de arte funerario que se pueden ver allí.
La escultura más representativa es la de la tumba de la marquesa de San Juan de Nieva, obra de Cipriano Folgueras. Está presidida por un imponente ángel alado que sostiene una trompeta en la mano derecha y que apunta directamente al cielo con la izquierda.
Junto con ésta, otra obra que a mí personalmente me parece de una belleza espectacular es la de la tumba del escritor Armando Palacio Valdés, con la figura doliente de Demetria, protagonista de su obra “La aldea perdida”.
Si te coincide y te da tiempo te recomiendo que hagas la visita guiada al cementerio de La Carriona (5€),¡merece mucho la pena! Si vas con el tiempo justo acércate aunque sea a ver estas dos preciosidades. La entrada es gratuita y puedes aparcar en la puerta.
⇒ Para llegar al cementerio de La Carriona también puedes coger la línea Avilés-Miranda del autobús urbano.
Gijón: desenfadada y marinera
La visita a Gijón te aconsejo que la empieces en la plaza del Marqués, justo al lado del Monumento a Pelayo, con el palacio de Revillagigedo y la colegiata detrás y el puerto deportivo a un lado.
A pocos metros está la Plaza Mayor, soportalada y con, como no podía ser de otra forma, con el ayuntamiento presidiéndola.
Pese a que el recorrido habitual continuaría hacia el otro lado de la plaza yo te recomiendo que gires a mano izquierda y camines hacia la plaza de Jovellanos, donde se encuentra el Museo Casa Natal de Jovellanos, para después callejear por el barrio de Cimadevilla, el antiguo barrio de pescadores y casco histórico de Gijón.
Si vas en sentido ascendente, llegarás al cerro de Santa Catalina, un parque con unas vistas increíbles y un protagonista claro: el Elogio del Horizonte, una enorme escultura de hormigón obra del arquitecto Eduardo Chillida.
⇒ Por más milongas que te cuenten lo que escucharás si te pones en el centro de la escultura no será el mar, sino la reverberación del viento. Eso sí, si el mar está un pelín bravo puede que el rugir de las olas le haga los coros al viento.
Desde aquí bajaremos hasta la icónica iglesia San Pedro, desde donde tendremos una panorámica preciosa de toda la playa de San Lorenzo. Pero antes de lanzarte a pasear por el paseo del muro no te puedes perder la visita a las Termas Romanas de Campo Valdés (entrada gratuita).
Ahora sí, ya puedes echar a andar, al menos hasta la escalera nº4 (o “Escalerona” como se la conoce cariñosamente en la ciudad). Justo aquí está, además, la oficina de turismo.
Para cerrar este recorrido por el centro de Gijón dirígete hacia la plaza del Instituto (o plaza del Parchís). Desde allí ve hasta el paseo de Begoña y párate frente al Teatro Jovellanos y la curiosa iglesia de San Lorenzo.
⇒ Si vas bien de tiempo y te apetece conocer más en profundidad la cultura asturiana te recomiendo que te acerques hasta el Muséu del Pueblu d’Asturies. Y, si eres futbolero, justo enfrente puedes visitar el estadio de El Molinón (10€).
El broche de oro a esta escapada urbana por Asturias no puede ser otro que la visita a la Universidad Laboral, el edificio más grande de España con alrededor de 270.000 m².
Este gigantesco complejo se ideó como orfanato para huérfanos de la minería y se comenzó a construir en 1948. Sin embargo, nunca se usó como tal, ya que desde un inicio (1957) funcionó como universidad laboral formando a torneros, soldadores, peritos, maestros industriales, etc.
Merecen una mención especial el enorme patio central, la iglesia de planta elíptica y la torre, con alrededor de 130 metros de altura y hasta cuyo piso 17 se puede subir (o al menos se podía, ya que ahora no es posible por el COVID) para disfrutar de unas vistas espectaculares.
Lo que sí puedes hacer es apuntarte a una visita guiada a la Universidad Laboral (4,5€) y descubrir el resto de secretos que esconde tras sus paredes, ¡que son muchísimos!
⇒ ¿Todavía quieres más planes? No te pierdas el Jardín Botánico Atlántico (2,9€), porque está muy cerca y es una visita totalmente recomendable. Alberga más de 30.000 plantas de 2.500 especies diferentes repartidas en 25 hectáreas.
¿Cómo moverte entre Oviedo, Avilés y Gijón?
Las tres ciudades están perfectamente comunicadas mediante transporte público.
El recorrido es de apenas 30 minutos en autobús (con precios que oscilan entre 3€ y 5€ el viaje) y de 30-40 minutos en tren los trayectos Oviedo↔Avilés y Oviedo↔Gijón (3,4€ el viaje).
Ten en cuenta que entre Avilés y Gijón no hay línea de tren, así que si eliges el transporte urbano solo tendrías la opción de moverte en bus.
Todas cuentan con conexión en autobús con el aeropuerto (9€ el trayecto a/desde Gijón y Oviedo – 4,5€ a/desde Avilés). Y además, a las estaciones de tren de Gijón y Oviedo llega el tren que une Madrid con Asturias y viceversa (con paradas, habitualmente, en León, Palencia y Valladolid).
Por supuesto, si lo prefieres, el coche es otra opción. La duración del trayecto por autovía es de 30 minutos y se recorre en un suspiro.
Además, todas disponen de numerosos aparcamientos de pago por el centro de la ciudad que, salvo en épocas de más afluencia de turistas como pueden ser puentes, julio y agosto, siempre suelen tener plazas libres.
Oviedo, Avilés o Gijón: ¿cuál elijo para dormir?
Te recomiendo que, para alojarte en esta escapada urbana por Asturias, elijas la ciudad que más se adapte a tus gustos y que te muevas desde ella a las otras dos. De esta forma no tendrás que ir cargando con el equipaje de un lado para otro ni andar haciendo y deshaciendo maletas.
Si alguien me pregunta yo siempre recomiendo lo mismo: para mí, la mejor opción cuando hace mejor tiempo y los días son largos (finales de primavera, verano y principios de otoño), es Gijón.
El ambiente animado de ciudad costera, las terrazas al atardecer, poder pasear junto al mar… es algo que, de las tres, solo te puede ofrecer Gijón.
Eso sí, debes tener en cuenta que precisamente en época estival suele ser un destino más demandado y por tanto más caro. De hecho, la ocupación suele ser muy alta así que si tienes clara la fecha de tu viaje te aconsejo que reserves con la mayor antelación posible.
El resto del año yo elegiría Oviedo. No importa si hace mucho frío en invierno. Ver por la noche toda la parte antigua con los monumentos iluminados no tiene precio.
Booking.com