Podría empezar este post de mil formas, pero… ¡Buah! ¡Cuánto hecho de menos el Mediterráneo! Sueño constantemente con visitar Formentera de nuevo.
Siempre que paso unos días disfrutando de sus costas soy inmensamente feliz. No me costaría nada vivir con esa mezcla de arena, sal y crema del sol en la piel, con los pies descalzos y el pelo alborotado con olor a mar.
Así que ya podrás imaginar la dulce tortura que me ha supuesto escribir este post. Porque, como dice el refrán: “el buen perfume se vende en frasco pequeño”. Y Formentera, la esencia más pura del Mediterráneo, el destino que nos ocupa esta vez, es el mejor ejemplo de ello.
Formentera pertenece a la comunidad autónoma de las Islas Baleares, y forma junto con Ibiza (de la que la separan apenas 3 kilómetros), las Islas Pitiusas.
La denominación de Pitiusas viene del griego y se refiere a la abundancia de pinos (pitys – Πίτυς) que hay en estas dos islas. Además, ambas comparten símbolo: la lagartija de las Pitiusas.
Con 83,2 km2 de superficie, 69 kilómetros de costa y alrededor de 12100 habitantes no es raro que reciba el apelativo de “el último paraíso del Mediterráneo”, pues sus playas de arena blanca y aguas azul turquesa, sus atardeceres de mil colores y la calidez que desprende cada rincón la convierten en un lugar muy especial.
También es tremendamente seductor para los viajeros más conscientes el empeño que hay en la isla por la protección del territorio terrestre y marítimo, algo que se ve ejemplificado a la perfección en el Save Posidonia Project y su esfuerzo por la conservación de las 7650 hectáreas de praderas de posidonia que tiene Formentera.
La posidonia es una planta marina endémica del Mediterráneo y está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Debido a su poder de filtración es la responsable de la oxigenación del agua y, por tanto, de su transparencia y calidad.
Visitar Formentera: qué ver y hacer
Probablemente habrás leído o escuchado eso de que con una día para Formentera basta. Porque es una isla muy pequeña, bla, bla, bla. Pues siento decirte que no, que en un día no te dará tiempo a ver prácticamente nada.
Es una isla chiquitina, sí, sobre todo en comparación con sus islas vecinas de Baleares, pero tiene muchos rincones que merece la pena descubrir, ¡y no solo playas!
Así que yo te recomendaría que para ver los lugares más interesantes con cierta calma le dedicases, al menos, tres días. Nosotros estuvimos seis y disfrutamos muchísimo sin prisas, pudiendo incluso repetir algunos de los sitios que más nos gustaron.
¿Y cuáles fueron esos sitios? Pues sigue leyendo porque te los desvelo uno a uno en detalle aquí abajo.
Playas de Ses Illetes y Llevant
En el extremo norte de la isla se encuentra uno de los rincones más deseados de Formentera, la playa de Ses Illetes.
Recibe este nombre por todos los islotes que se ven desde su orilla, y ocupa el lado oeste de la península de Es Trucadors.
En el este, justo al otro lado de esta lengua de arena y piedra blanca, bañada por aguas de un azul intenso se encuentra la playa de Llevant.
Ambas pertenecen al Parque Natural de Ses Salines d’Eivissa i Formentera, una zona protegida que ocupa alrededor de 2752 hectáreas en tierra y 14028 en el mar.
Los 200 metros del pas des Freus separan a Formentera de la pequeña isla de s’Espalmador, a la que se puede llegar en barco o nadando (e incluso caminando si la marea está baja). Pero hay que tener muchísima precaución, ya que las corrientes son muy peligrosas. Insisto: muchísima precaución.
S’Espalmador tiene tan solo 2km² y, además de sus playas puedes acercarte a ver la torre de Sa Guardiola.
Quizás no tan conocida es la playa de Cavall d’en Borràs , que se encuentra justo antes de Ses Illetes y desde donde se pueden ver en el horizonte los islotes ibicencos de es Vedrà y es Vedranell.
El acceso a pie, en bicicleta o en vehículo eléctrico a las playas de Ses Illetes y Llevant es gratuito. Sin embargo, el resto de coches y motos deben pagar entre 2 y 6 euros durante los meses de julio, agosto y septiembre.
El importe depende de la quincena del mes y de si se accede en moto o coche, y el precio para los vehículos híbridos es la mitad al correspondiente a los vehículos no eléctricos.
Estany Pudent y Ses Salines
El estany Pudent y el complejo de Ses Salines también forman parte del Parque Natural de Ses Salines d’Eivissa i Formentera.
La biodiversidad del estany Pudent, una laguna de 3,5 km2 y 4 metros de profundidad en su punto máximo, es maravillosa.
Se encuentra justo al lado de la carretera que va de La Savina a Es Pujols, por lo que es un lugar inmejorable para el avistamiento de aves, ya que alberga una de las colonias de zampullines cuellinegros más grandes de Europa.
Si te apetece caminar o dar un paseo en bicicleta por el entorno del estany Pudent solo tienes que seguir el camino de es Brolls, que lo rodea.
Los orígenes de Ses Salines se remontan al siglo XIII, aunque se cree que en realidad datan de mucho tiempo atrás.
Su actividad salinera estuvo en marcha hasta 1984 y están declaradas Bién de Interés Cultural por su valor histórico.
Pero, sin duda, lo que más llama la atención de Ses Salines son los tonos rosados que adquiere el agua y los reflejos que se proyectan en ella cuando baja la intensidad de la luz.
La Savina
En La Savina está el puerto de entrada a Formentera y, para serte sincera, creo que no hay mucho que ver.
De todas formas te recomiendo que, si tienes más de tres días para visitar la isla, dediques un rato a pasear por sus calles y su puerto.
Si vienes a pasar menos días no creo que merezca la pena, excepto si has elegido algún restaurante del pueblo para comer, porque se come muy bien y es una zona bastante animada; o también si tienes algo de tiempo muerto mientras esperas la llegada de tu ferry.
Nosotros nos tomamos un café muy rico en el Café del Lago y cenamos con unas vistas fantásticas en Quimera.
Es Pujols
El pueblo de Es Pujols es la zona más turística de la isla. Cuenta con numerosos restaurantes, bares y tiendas para todos los gustos.
La parte interior del pueblo no tiene mucha chica, sin embargo, el paseo marítimo que se extiende por toda la costa con vistas hacia Punta Prima a un lado y Punta Alta al otro es precioso.
Además, desde él se entra a la playa, accesible a personas con movilidad reducida, ya que cuenta con rampas de acceso, plataforma con sombra, pasamanos, sillas anfibias y socorrista.
Sant Francesc Xavier
La capital de Formentera es Sant Francesc Xavier, un pueblo ubicado en la zona centro de la isla, muy coqueto y con un casco histórico muy bonito y cuidado.
La plaza de la Constitución, donde se encuentra la iglesia (construida en 1738 y diseñada como fortaleza antipiratas), vertebra un entramado de calles por las que es necesario perderse.
No puedes dejar de visitar la minúscula capilla de sa Tanca Vella (s. XIII XIV) y el peculiar cementerio de Fossar Vell (martes a sábado de 10:00 a 14:00). Tampoco el pequeño museo etnográfico que hay en la calle Jaume I, nº 15.
Desde finales de junio hasta finales de septiembre se celebra en varios pueblos de Formentera el festival “Música en las plazas”, con conciertos de diferentes estilos.
Sant Ferran de Ses Roques
Quizás Sant Ferran de Ses Roques haya sido el pueblo que menos me gustó de Formentera. No tiene mucha chicha, aunque sí que es cierto que por la noche suele estar bastante animado.
Se encuentra en la intersección de las carreteras PM-820 y PM-820-2 en dirección a La Mola, así que es una zona muy transitada con comercios y tiendas.
Es Caló de San Agustí
Para mí, Es Caló de San Agustí es uno de los pueblos más interesantes de Formentera, no especialmente por el pueblo en sí, sino por todo lo que tiene alrededor.
De todas formas es imprescindible pararse a ver los “escars”, unos característicos varaderos de madera y ramas que hay en el puerto y que están declarados Bien de Interés Cultural.
Desde aquí se llega caminando a la zona conocida como Ses Platgetes, 600 metros de costa compuestos por tres pequeñas playas (Platgeta de Prop, Platgeta d’Enmig y Platgeta de més enllà), todas separadas entre sí por rocas.
Si caminamos en sentido contrario a Ses Platgetes llegaremos al pintoresco y fotogénico Pou des Verro, un embarcadero repleto de escars.
El nombre de este rincón le viene de un pozo al que hace años bajaban el ganado, desde La Mola, para que bebiera. Pero, “¿por dónde lo bajaban?”, te preguntarás. Pues por el Camí de Sa Pujada, que se construyó en el siglo XVIII y que actualmente está catalogado como ruta verde 25 (4 km – difícil por el desnivel).
En Formentera hay varias rutas verdes muy interesantes con diferentes distancias y dificultades.
Si te apetece, aunque ya te adelanto que no verás gran cosa, puedes acercarte hasta el castellum de Can Blai, una fortificación romana que se cree que se diseñó como refugio para los vecinos de la zona y que está catalogada como Bien de Interés Cultural.
Playa de Migjorn
La playa de Migjorn se prolonga a lo largo de 5 kilómetros de la costa sur/suroeste de Formentera.
Es abierta, tiene numerosas entradas y está dividida en diferentes playas: Es Mal Pas, Es Ca Marí, Racó Fondo, Còdol Foradat, Es Valencians, Es Arenals (adaptada para personas con movilidad reducida), y Es Copinar.
En algunos tramos hay hoteles, restaurantes, etc. pero también hay zonas más tranquilas, que suelen ser las que se encuentran más alejadas de los caminos principales.
Un quebradero de cabeza recurrente en las playas del mar Mediterráneo son las medusas. Es algo que nos preocupa a todos, por eso te quiero dar un consejo que, aunque obvio, puede que no se te haya ocurrido: en caso de haberlas, habrá más medusas en las playas que estén orientadas hacia donde sople el viento. Es decir, si en Formentera el viento está soplando de Este/Noreste, donde habrá (casi con total seguridad) más medusas será en las playas enfocadas hacia el Este/Noreste (Llevant, Es Pujols, Ses Platgetes…). Así que si las quieres evitar lo mejor sería elegir playas del Sur/Suroeste como Migjorn o Ses Illetes. Lo mismo pasa al revés, ya que el truco está en ir jugando con las orientaciones contrarias.
Caló des Mort
Hasta Caló des Mort se llega caminando durante alrededor de 10 minutos bordeando la costa desde la playa de Es Copinar, el último tramo de la playa de Migjorn.
La estampa de la costa rocosa en contraste con el fondo arenoso de la cala y los embarcaderos de fondo, la convierten en un rincón idílico que merece la pena visitar.
Eso sí, el espacio en la arena es más bien escaso, así que mentalízate de que, si te quieres pegar un chapuzón, muy probablemente tendrás que asentar tu campamento en las rocas, ¡e incluso lanzarte al agua desde allí!
Mirador de Formentera
Oficialmente el mirador de Formentera está pegado al restaurante con el que comparte nombre. Sin embargo, yo te recomendaría que aparcases tu coche en un lugar adecuado y caminases por la carretera (dirección El Pilar de La Mola) unos metros hasta una pista que se mete a la izquierda.
Unos 150 metros más adelante, a mano derecha tras recorrer un camino parcialmente empedrado, verás una plataforma de piedra con una panorámica alucinante de toda la isla, casi a vista de pájaro.
Por este punto pasa el Camí de Sa Pujada, del que ya te hablé anteriormente y que baja hasta Es Caló de Sant Agustí.
Altiplano de La Mola
El altiplano de La Mola es el territorio que ocupa la parte más al Este de Formentera. Del mismo modo, es la zona más elevada de la isla, donde Sa Talaïassa, el punto más alto, se erige a 192 metros sobre el nivel del mar.
Otro aspecto característico de La Mola es la presencia de viñedos, aunque hace años lo que más se cultivaba era el trigo. Queda constancia de ello en el nombre de la isla, ya que se cree que Formentera proviene de “frumentum”, que significa trigo en latín.
Pero también es evidente en elementos arquitectónicos como son los molinos. Así que te animo a visitar el Molí Vell de La Mola, cuya construcción data del siglo XVIII.
Además de éste hay otros molinos en Formentera: el Molí d’en Botigues (también en La Mola) el Molí d’en Teuet y el Molí de ses Roques (cerca de Sant Ferran de Ses Roques), el Molí d’en Mateu y el Molí d’en Jeroni (en Sant Francesc Xavier).
Hace años había otro más, el Molí d’en Simon, en Es Cap de Barbaria.
El pueblo de El Pilar de La Mola es muy visitado también por su mercado de artesanía, que se celebra en verano (de mayo a octubre) al igual que el resto de mercados de la isla, aunque cada uno tiene sus propias fechas y horarios.
En el faro de La Mola termina la carretera PM-820 que cruza Formentera de extremo a extremo, en un paraje con acantilados que alcanzan los 120 metros; acoge además un espacio cultural y de difusión del patrimonio marítimo de la isla.
Además, una placa recuerda la mención que le hizo Julio Verne en su novela “Héctor Servadac (Viajes y aventuras a través del mundo solar)”.
Es Cap de Barbaria
Hablar de Formentera sin mencionar el faro de Es Cap de Barbaria sería un pecado. Junto con la playa de Ses Illetes es la foto más icónica de la isla, y no es para menos porque el paisaje es sencillamente espectacular.
Una fama natural muy merecida que Julio Medem y su película “Lucía y el sexo” amplificaron hasta convertirlo en un lugar casi de culto.
Se encuentra a 100 metros sobre el nivel del mar, en un paisaje bastante árido que contrasta con la carretera boscosa que nos conduce hasta él. Ésta se abre los últimos metros despejándose de árboles y dejando ver en el horizonte el faro.
Si buscas ver algo grandioso te recomiendo que vayas al atardecer. El cielo se tiñe de todos los colores habidos y por haber y se hace la magia. Sin embargo, si prefieres disfrutar de este rincón con tranquilidad y sin demasiada gente, mejor ve a cualquier otra hora del día.
Y ya para rematar, si quieres que la experiencia sea completa, no te pierdas el mirador de Cova Foradada. Eso sí, para encontrarlo debes estar atento y mirar hacia el suelo, ya que se accede a través de un agujero en la tierra y una escalera un poco rudimentaria.
En temporada alta (desde finales de junio hasta el 30 de septiembre) no se puede llegar con el coche hasta el faro. Hay que dejarlo en un aparcamiento ubicado unos cuantos metros antes y, desde allí, ir caminando.
En el entorno de Es Cap de Barbaria se encuentra también un yacimiento arqueológico de data de entre los años 1600 a.C. y 1000 d. C.
Estany des Peix
El Estany des Peix es una laguna de agua salada de muy poca profundidad ubicada en el noroeste de la isla, justo al lado de La Savina.
Un paso estrecho de agua la une con el mar y permite que pasen pequeñas embarcaciones, como los tradicionales llauts, para fondear o resguardarse del oleaje.
Es un rincón perfecto para ir con niños y que corran, jueguen y se bañen, pero también para disfrutar de un picnic al atardecer o simplemente de un rato tranquilo.
Can Marroig
El entorno de Can Marroig es uno de los más espectaculares de la isla. Se trata de un paisaje de aspecto lunar, árido y pedregoso, con formaciones rocosas imposibles producidas por la erosión del envite de las olas y el viento.
Pero no solo la naturaleza ha tenido la culpa de la transformación de este pedazo de costa, ya que parte de este paisaje, la zona conocida como Sa Pedrera, fue antiguamente una cantera.
Otro atractivo de esta zona es la torre de sa Gavina, cuya construcción se remonta al siglo XVIII.
Servía, junto con el resto de torres vigía de Formentera (Punta Prima, des Pi des Catalá, des Garroveret), para proteger la isla de invasiones de piratas provenientes del norte de África, comunicándose de una a otra mediante señales de humo.
Cala Saona
Esta cala es, sin ninguna duda, la mayor decepción que me llevé en Formentera.
Cala Saona tiene un hotel justo al lado y está muy concurrida, así que nosotros tal y como llegamos nos fuimos.
La menciono por una razón muy concreta, ya que aunque yo considere que su accesibilidad es un inconveniente puede que tú la consideres una virtud y busques precisamente eso: una playa segura, resguardada y de aguas poco profundas, con socorrista, aparcamiento muy cerca y servicios de restauración.
Yo no es lo que busco en mis viajes, pero si es lo que tú quieres o necesitas, es una buena opción.
¿Dónde comer en Formentera?
En Formentera hay infinidad de restaurantes donde comer tremendamente bien. En muchos de ellos la influencia italiana es más que evidente, y se debe a la cantidad de inmigrantes italianos que viven allí.
En general comimos genial en todos los sitios, pero de todos los lugares que probamos te quiero recomendar los cuatro a los que volvería sin dudarlo, todos muy diferentes entre sí para que disfrutes de todas las vertientes de la gastronomía de la isla.
Integral (Carrer de s’Espalmador, 39 – Es Pujols): un vegetariano con opciones veganas, sencillo pero muy rico.
La Mukkeria (Carrer de Marc Ferrer, 16 – Sant Francesc Xavier): una heladería con muchísimos sabores deliciosos. Nosotros nos viciamos a los de pistacho y avellana.
Can Rafalet (Es Caló de Sant Agustí): Langosta de Fomentera a la plancha o frita con ajos, patatas y huevos fritos. Nada más que añadir. Ah, ¡sí! En primera línea de costa con unas vistas increíbles.
Casbah (Hotel Casbah, Platja de Migjorn, s/n): un restaurante en un entorno mágico, en medio de un pinar y ambientado por el olor de la salvia del jardín. Decoración y comida exquisita.
¿Dónde dormir en Formentera?
Durante nuestra estancia en Formentera nos alojamos en el hotel Can Aisha, un pequeño oasis ubicado entre Es Pujols y San Ferran, en la carretera PM-820-2.
Es un alojamiento solo para adultos, con una decoración preciosa que enamora nada más cruzar la puerta, cuando ves el espacio de la piscina, construido en madera, lleno de plantas y con varias hamacas, sombrillas y camas balinesas.
Tiene cinco suites con una pequeña cocina y baño completo además de un pequeño porche a la entrada de cada una de ellas. Todo en un estilo muy mediterráneo, con mobiliario de fibras naturales, elementos en tonos crudos y muebles de madera envejecida.
Puede que, mientras te duches, notes que el agua está un poco salada (o en ocasiones muy salada). Esto se debe a que la reserva de agua dulce de la isla, a veces (especialmente en temporada alta), no suele ser suficiente para cubrir la demanda y se suele agotar. Así que es necesario bombear agua de mar.
El desayuno está riquísimo y es muy variado. Además, la decoración del espacio del comedor es también exquisita, con un sinfín de plantas que convierten aquello en un vergel.
A nosotros nos costó 200€ la noche (aproximadamente) alojamiento y desayuno durante la primera semana de octubre. Sin embargo, he visto que este año (semana del 7 de octubre de 2020) el precio ronda los 130€ la noche (alojamiento y desayuno).
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¿Cómo llegar a Formentera?
En Formentera solo hay una vía de acceso: la marítima. Vengas de donde vengas solo podrás llegar por mar, ya sea en ferry o en barco.
La opción que más personas utilizan para entrar en la isla es desde Ibiza. El trayecto dura 35 minutos y hay frecuencias todos los días, aunque según la época del año la intensidad horaria varía.
Las empresas que unen Ibiza con Formentera son: Mediterránea Pitiusa, Trasmapi, Baleària y Aquabus.
Otra opción son los taxis náuticos entre Ibiza y Formentera, operados por Barco Salao y Taximar.
Desde la península hay dos opciones directas de ferry:
• Dénia ⇔ Formentera con Baleària, cuyo trayecto dura 2 horas y 15 minutos. Éste fue el medio que nosotros elegimos, ya que íbamos con nuestro propio coche. El precio de 2 personas y coche (ida y vuelta) fue de 354€.
• Barcelona⇔ Formentera con Baleària, aunque éste también hace parada en Ibiza y el viaje dura una eternidad, 11 horas nada más y nada menos. El billete simple ronda los 70€.
¿Cómo moverse para visitar Formentera?
Lo más importante a tener en cuenta si quieres llegar con tu propio vehículo a Formentera es que la entrada de vehículos está regulada durante los meses de julio y agosto. Es decir, hay un cupo máximo de turismos y motos que pueden acceder a la isla.
Para ello es necesario solicitar la autorización y abonar una tasa de 1€/día (importe mínimo de 5€ para turismos y 2,5€ para motos) en la web formentera.eco.
Por supuesto, hay líneas regulares de autobús durante todo el año, ampliándose en los meses de verano, así como servicio de taxi (971 32 23 42).
Europcar, Cooltra y EsFormentera.com, con oficinas en el puerto de La Savina, disponen de alquiler de vehículos eléctricos.
En Formentera hay numerosos puntos de carga para vehículos eléctricos. Puedes consultarlos en este mapa.
Por supuesto, también hay muchas empresas de alquiler de vehículos “convencionales” con oficinas por toda la isla. En este enlace puedes ver cuáles son.
Si te has quedado con ganas de saber más para visitar Formentera, puedes ir a mi Instagram y ver mi carpeta de historias destacadas de Formentera. Será seguro el empujón que necesitas para escaparte de una vez por todas a este paraíso mediterráneo.
* Acabas de leer un post patrocinado, lo que quiere decir que una empresa me ha pagado por escribirlo. Eso sí, no te preocupes porque el contenido es 100% sincero y fiel a mis propias opiniones, ¡como todo lo que encontrarás en el blog!
Un comentario
Que lugares tan bonitos!!! Y que ganas de volver a verla!!