La fiesta de San Timoteo en Luarca es una de las más típicas y que más gente reúne de todo Asturias (no en vano está declarada Fiesta de Interés Turístico Regional).
Pese a su nombre religioso, es una fiesta esencialmente pagana.
Su origen es curioso: en el año 1910 un grupo de amigos decidió reunirse un día de verano para compartir comida, sidra y cantares (algo muy típico de los asturianos) en un campo cercano al pueblo de Luarca, el campo de la Herrería.
Por lo visto fue un día para recordar, ya que decidieron repetirlo en años sucesivos, y en 1911 se funda la cofradía que perdurará hasta hoy.
El motivo de celebrarla en honor a San Timoteo (quien, a día de hoy es ya patrón de la villa) no fue otro que el azar: el calendario zaragozano marcaba el 22 de agosto como día en honor al santo que, paradójicamente, murió apedreado por intentar impedir unas fiestas en honor al emperador Domiciano que consideraba un torbellino de placer y corrupción.
¡¿Quién le iba a decir al pobre San Timoteo que tantos años después iba a dar nombre a una de las fiestas con más seguidores, y caracterizada por el buen comer y sobre todo el buen beber?!
Ya en 1911 se traslada la romería (que iba ganando adeptos) al campo donde se celebra hoy en día, que en 1928 es comprado a los Marqueses de Ferrera y en el que se erige una pequeña capilla en honor al Santo.
Uno de los aspectos más característicos de esta fiesta es la vestimenta de los cofrades. La gente se reúne en “peñas” (hermandades) y cada uno le da su toque distintivo al uniforme popular: el “chambrón”.
Éste no es otro que una especie de mandilón parecido al que llevan los niños en la escuela, que surgió en la década de los 60 con el simple propósito de no ensuciarse la ropa.
Las características comunes del chambrón a día de hoy son pocas: el canesú y las dos “T”, emblema de la fiesta, una pequeña en la solapa y otra grande en la espalda.
El chambrón original era de cuadros azules y blancos, pero ahora cada peña suele tener su combinación de colores y/o estampados propia.
Otro de los complementos característicos es el bastón, que tiene una doble función: por un lado se levanta en los bailes y canciones para animar a la gente y “honrar” al santo, y por otro se introducen en su extremo redondeado los vasos de sidra para llenarlos y ofrecerlos posteriormente a los amigos.
Por otra parte, también es tradición elaborar la ‘T’ que os decía antes con una masa de agua y miga de pan, que posteriormente se cuece, y con una cinta llevarla colgada al cuello durante ese día.
Pese a que no es especialmente sabrosa, sobre todo comparada con la comida que inunda el campo ese día, alguna que yo me sé cuando ya avanza la tarde se la va comiendo… (¡no lo puedo evitar!)
La fiesta de San Timoteo en Luarca comienza ya de mañana (eso los que no hacen doblete tras la gran verbena nocturna de la víspera) cuando a las 10 de la mañana sale el “refugayo”, o lo que es lo mismo, la romería, que pasa por las calles luarquesas animada por las diferentes charangas, bandas de gaitas y gigantes y cabezudos, despertando a los vecinos como dice el himno “a golpe de volador”.
De esta manera se anima el camino al campo, que las diferentes peñas suelen hacer con un carro (casi siempre artesanal) en el que se puede llevar un barril lleno de sidra y comida “asgaya” (en abundancia) para aguantar todo el día.
Una vez en el campo, cada peña suele tener delimitado su sitio, mínimo desde el día anterior, con un cenador o toldo más o menos elaborado que nos protege del sol (y muchos años de la lluvia).
También hay bares o cantinas, por lo que no te preocupes por no pertenecer a una peña, que siempre podrás disfrutar de la fiesta como un luarqués más.
Después de la breve misa en la capilla del campo, el Santo sale en procesión mientras la gente le canta el himno, el cumpleaños feliz y hasta “es un muchacho excelente”. Como ves, de religiosa esta fiesta tiene muy, muy poco.
Al caer la noche la fiesta no termina, el refugayo vuelve a salir en dirección a la villa, a su entrada pidiendo a la gente que se asoma al balcón a verlos pasar que tire agua, con cubos, con mangueras, con cacerolas…
Muchos son los lemas y canciones para acompañar el momento, aunque el más popular dice algo como que “no seas rata, que el agua está barata”, lo cual a día de hoy ya no es tan cierto.
Prepárate para mojarte de pies a cabeza, ¡pues la procesión termina en el río! donde el agua sí que está helada, pero en el fragor del momento ni se nota.
Ojo si piensas que cruzar por el puente es seguro, pues si en algo se entretiene la gente desde abajo es en mojar a los que están arriba, ¡mejor únete a ellos!
Sobra decir que esta fiesta es uno de los mayores orgullos para todos los luarqueses, en ella reina la camaradería, la diversión y la hospitalidad, así que por favor, ¡no dudes en unirte a nosotros! te prometemos un día para recordar, al menos hasta el año siguiente, porque te garantizo que repetirás.
Si te has quedado con ganas de comprobar lo que es la fiesta de San Timoteo en Luarca, te dejo un vídeo de un programa asturiano “De folixa en folixa” (de fiesta en fiesta) que el año pasado nos acompañó durante este día y que aparte de servir como introducción a nuestro pueblo, reflejó cómo se vive en Luarca esta fiesta tan especial.
Si te quieres saltar la parte histórica, a partir del minuto 06:45 y posteriormente del 26:50 comienza la fiesta. ¡Que lo disfrutes!
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6 comentarios
Bueno, si no es pa esta, el año que viene lo preparamos con más antelación ;-)
Bien me gusta a mi una romería!!!
¡Vente! ¡Estás invitadísima! :D
Jejenes gracias!! No me lo digas dos veces! ;)