El primer fin de semana de diciembre, aprovechando que íbamos a hacer el circuito de tirolinas del que te hable en el post anterior, nos quedamos a dormir una noche en Cangas de Onís, un sitio que ya conocemos bastante pero que nos serviría de base para hacer todo lo que teníamos planeado hacer esos dos días.
Hoy no voy a entrar en detalle de todo lo que hicimos ese fin de semana porque me quiero centrar en un descubrimiento fantástico que hicimos ya de vuelta a casa, y es que entre todos esos planes estaba comer en el restaurante La Posada de Antrialgo (también hotel), en el concejo de Piloña (Asturias).
Como no es de extrañar lo descubrimos a través de una de nuestras muchísimas búsquedas en Tripadvisor y al ver que tenía los cinco puntos y que pese a no tener un número exagerado de críticas, todas eran excelentes, no dudamos, se lo propusimos al grupo y no tardaron en dar el visto bueno.
Y no nos equivocamos, porque tanto la ubicación, al lado de la N-634 pero bastante apartado de la carretera en un entorno rural precioso con el río a escasos metros, como el interior del restaurante es muy bonito y tiene muchísimo encanto.
Tiene un comedor muy chiquitín a la entrada, junto a la barra, y otro más grande, pero aún así pequeño, en un porche cerrado adyacente al edificio principal. Todo muy íntimo y agradable.
Nuestro menú consistió en:
- Un aperitivo de cereales con cúrcuma y morcilla ibérica
- De entrantes, para compartir: carpaccio de salmón ahumado, croquetas y raviolis de cecina con mozzarella
- Como platos principales: risotto de afuega’l pitu roxu, manzana y sobrasada, arroz negro con crema de ali-oli, arroz meloso con con pitu caleya y queso de Pría
- Y de postre optamos por el bizcocho de chocolate y los frixuelos con compota de manzana y chocolate
Te aseguro que todo estaba buenísimo, desde el primer mordisco con el aperitivo hasta el último con el postre, y lo digo con conocimiento de causa, porque no pude evitar meter el tenedor en el resto de los platos para probarlo todo (menos en los frixuelos, que no sé si lo he comentado alguna vez pero no me gustan nada de nada).
De los arroces, los que más me gustaron fueron el meloso con pitu caleya y el risotto de afuega’l pitu, el grano estaba en su punto, la textura era perfecta y el sabor exquisito, todavía al recordarlo ahora se me hace la boca agua…
El total de la comida (con pan y agua) creo recordar que fueron unos 26 € por cabeza (éramos cinco personas), una relación calidad-precio excelente, me atrevería a decir que de las mejores de Asturias ahora mismo, al menos una de las mejores – si no la mejor – experiencias gastronómicas que he tenido en el último año en el Principado.