Como bien sabéis, nuestras dos principales pasiones son viajar y el 4×4, así que como llevábamos mucho tiempo queriendo visitar Potes(en Cantabria) y hacer la ruta que va desde Espinama a Sotres (ya en Asturias) atravesando una pequeña parte de los Picos de Europa por una pista apta para vehículos a motor (hecho bastante insólito hoy en día y más en un Parque Nacional), hace unas semanas decidimos, por fin, juntar las dos cosas y lanzarnos a ello.
Sabíamos que volveríamos encantados con los dos sitios, pero sin embargo la expectativas estuvieron un pedazo por debajo de la realidad. Lo que nos encontramos en Potes fue un precioso pueblo cántabro de origen medieval, bastante aislado y magníficamente conservado al que se accede por la sinuosa y estrecha carretera que traviesa el desfiladero de La Hermida.
Me sorprendió el buen estado de conservación de la mayoría de las casas, casi todas de piedra vista, madera, teja y muchas casi colgando sobre el río Quiviesa (uno de los principales afluentes del Deva).
Como no íbamos con demasiado tiempo para pasear, a penas dedicamos 30 minutos a recorrer las principales calles del pueblo, en las que se reunen algunas de las casonas más importantes y que podrás distinguir a través de los blasones de sus fachadas. También paseamos entre fondas, tiendas de artesanía y de productos típicos (entre los que destacan el orujo y los sobaos).
Además de pasear por callejuelas como hicimos nosotros, es indispensable pararse a contemplar la Torre del Infantado, que actualmente alberga el ayuntamiento, y la de Orejón de la Lama, que pasa algo más desapercibida (es el edificio que se ve cortado en la prmera foto de este post). Es importante recordar que estamos ante la capital de la comarca de Liébana, una zona que antaño gozó de gran renombre y que fue lugar de residencia de marqueses y señores.
Después de esa media hora disfrutando del pintoresco pueblo de Potes volvimos a poner rumbo hacia Espinama (a unos 20 minutos), donde cambiaríamos el asfalto por una pista de tierra y piedra muy bien acondicionada. Nuestro primer destino era el refugio de Aliva, pero antes pasaríamos por los invernales de Igüedri.
Una vez en el refugio aprovechamos para sacar unas fotos, estirar un poco las piernas y Fife, uno de mis perretes, aprovechó para disfrutar de las últimas nieves. La pena fue que no subimos hasta el Mirador del Cable, lugar hasta donde llega el teleférico de Fuente Dé y desde el que seguro que se tienen unas vistas fantásticas del valle.
Mucha gente, lo que hace es subir en el teleférico y luego ir caminando desde el refugio de Aliva hasta Espinama, al ser cuesta abajo se hace muy llevadero y además son muy pocos kilómetros. Si se os presenta la oportunidad y no tenéis vértigo no dudéis en hacerlo, las rutas están perfectamente señalizadas.
La ruta continuó por unos parajes absolutamente espectaculares en los que el gris de las imponentes montañas, el verde de la (poca) vegetación y el azul intenso del cielo, sin apenas nubes y sólo interrumpido por la estela de los muchísimos aviones que surcaban el cielo ese día, eran los principales protagonistas de la ruta.
Si te animas a hacer la ruta es importante que tengas en cuenta la climatología, puesto que al ser alta montaña las circunstancias climatológicas son muy variables y los cambios en el tiempo muy bruscos. Mi recomendación es hacerla entre Mayo (una vez haya dejado de nevar y la nieve existente ya se haya derretido) y Octubre (antes de que empiece a nevar y a hacer demasiado frío).
También puedes acceder al track en este mapa haciendo click sobre él. Es el track que utilizamos nosotros así que damos fe de que es fiable, aunque nosotros hicimos sólo la parte correspondiente a Espinama-Sotres, sin hacer el tramo de carretera que va de Sotres a Tresviso.