Es casi imposible pensar en Asturias sin que se te venga a la cabeza su bebida más internacional, ¿no crees? Y es que la sidra deja enganchado a cualquiera que se deje embriagar por su olor y su sabor aunque sólo sea por una vez…
Debido a este gran éxito (ya no sólo dentro de los límites del Principado o de España sino también en otros lugares del mundo), muchos llagares de la región han decidido abrir sus puertas y mostrar a los turistas cómo se elabora la sidra en sus instalaciones.
Así que como no podía ser de otra forma, hace unos días nos fuimos hasta uno de ellos a conocer ese proceso en primera persona.
Visitamos el llagar de Sidra Cortina
Decidimos visitar el llagar de Sidra Cortina, en Amandi (Villaviciosa), una empresa de gran tradición familiar que data de 1952 y que oferta visitas guiadas a su llagar por sólo 2 € (menores de 18 años gratis).
La visita dura unos 45 minutos e incluye un vaso decorado con el logo de la empresa como obsequio además de la degustación de un culín de sidra recién espichao del depósito (se dice “espichar” cuando se echa la sidra directamente del barril).
La mejor época para visitar las instalaciones es en otoño, desde principios de septiembre hasta últimos de noviembre aproximadamente.
Sin embargo, este año (2015) está siendo algo especial ya que la temporada se está alargando considerablemente debido al buen tiempo. Según Nerea, nuestra guía, éste ha sido el mejor año de producción y recolección de manzana de las últimas dos décadas, ¡ahí es nada!
¿Cómo es el proceso de elaboración de la sidra asturiana?
Es importante mencionar que en Casa Cortina disponen de pumaradas propias. De todas formas esta producción no suele ser suficiente para cumplir con la demanda, por lo que la manzana también se la compran directamente a productores locales.
Si sigue sin cubrirse dicha demanda, ésta se amplía con manzanas seleccionadas provenientes de Galicia y Francia.
Cada recolector lleva sus manzanas hasta el llagar, donde las pesan y pagan según el precio establecido.
A continuación se depositan en unas balsas donde se revisan y se separan según el tipo de manzana que sea, ya que para cada clase de sidra (Cortina/Llagar de la Ferrería, Villacubera – DOP – o Cortina Ecológica) se utiliza un tipo de manzana diferente.
Desde allí se empujan con agua a presión, lo que a su vez les da un primer lavado, hasta una canaleta de agua por donde circulan hasta la máquina que las limpia por última vez.
Es en este paso además cuando se hace una selección más exhaustiva de las manzanas, desechando aquellas que se encuentran demasiado dañadas y no sirven.
Después viene el proceso del mayado, es decir, las manzanas se trituran y se prensan, obteniéndose en este paso el zumo que posteriormente se convertirá en sidra. La piel (magalla) que resulta como desecho sirve a su vez como alimento para el ganado.
Una vez terminado ese proceso, el mosto atraviesa unos tubos donde se enfría antes de ser conducido hacia los depósitos de acero donde tendrá lugar la fermentación, que se produce manteniendo los tanques a una temperatura estable de 15 a 16 grados y que dura aproximadamente dos meses.
Los enólogos controlan la sidra en todo momento, mezclando el mosto de los depósitos para obtener un sabor uniforme (trasiego) en el cuarto menguante de Enero y determinan el momento exacto para su embotellamiento (marzo/abril aproximadamente).
Los depósitos especiales para la sidra DOP (Denominación de Origen Protegida ‘Sidra de Asturias’) permanecen precintados por el Consejo Regulador y son estos quienes vigilan el proceso durante su producción.
Una vez dado el visto bueno, la sidra pasa a la zona de embotellado y etiquetado, donde a través de unas máquinas se realiza todo el proceso. El embotellado va en función de la demanda de mercado y mientras no sea necesario, la sidra permanecerá almacenada en los depósitos de acero y castaño para que no se estropee.
El llagar cuenta además con una bodega rodeada por gran cantidad de toneles de castaño, también llenos de sidra, donde es posible realizar diferentes celebraciones, como por ejemplo espichas (celebraciones informales tradicionalmente acompañadas de sidra y comida asturiana) o incluso bodas civiles.
Se trata de una visita muy recomendable e interesante si lo que quieres es conocer el proceso de elaboración de la sidra asturiana de primera mano.
Yo, que sabía lo justo de todo ese proceso, disfruté mucho con las explicaciones, con la posibilidad de verlo todo en funcionamiento y descubriendo cómo es realmente la vida en el llagar.
9 comentarios
Este tipo de visitas a mi me encantan. He de reconocer que mi debilidad son las fábricas de chocolate, pero…todo proceso de elaboración que se pueda visitar, allá que voy. Siempre aprendes algo, y al final ves al producto con mejores ojos
Tengo pendiente visitar un llagar, así que me has tentado
Un Beso
Pues por aquí chocolate no hay mucho, pero dulces sí así que a ver cuando vienes y probamos lo dulce y la sidra (aunque en días separados que sino el estómago se resiente) :P Muac!
Tengo que confesar de que antes de visitar Asturias no me gustaba nada la Sidra.. pero parece que es un gusto adquirido ya que después de varias de esas sidras escanseadas le empecé a agarrar el gustito! jeje. Debe ser súper interesante ver el proceso de producción de la sidra y siempre es buenos saber de donde viene y como se elabora lo que consumimos :) No tenía idea que habían sidras de diferentes tipos de manzana, sería interesante hacer una cata (lo agregaré a la lista de pendientes!)
Siempre lo digo, que la sidra es más que nada el “ritual” de cómo y con quién se toma, sino de primeras entiendo perfectamente que eche para atrás, hay que estar muy acostumbrado jeje
Sandra: con esa foto de las manzanas me enganchaste hasta llevar al final del post . Un motive más para visitar ASturias. Un abrazo jovencita, te espera el mando entero para que lo visites.
Si es que las manzanas son el 50% de Asturias Constanza, aquí vivimos prácticamente por y para la sidra, significa mucho en nuestra cultura y la cultura hay que cuidarla :) Te espero por aquí si algún día te animas a visitarnos jeje un beso!
Hola Sandra.
No he podido visitar nunca un llagar pero del año que viene no pasa, este año se me ha “escapado” por una causa mayor, tu ya sabes. Además tengo para rato.
Por lo menos con reportajes como el tuyo, una se entera un poquito más de la manera en que los llagares producen la sidra (de la que soy fan number one). Y no es por hacer la pelota, porque no es necesario, pero la Cortina es una de mis favoritas.
Un saludo
Carmen