La comarca de las Merindades, al noreste de la provincia de Burgos, esconde algunos de los lugares más bonitos, desconocidos y espectaculares de Castilla y León.
Se trata de una zona bastante verde y húmeda debido a los numerosos ríos que la atraviesan (el Ebro nace muy cerca de allí), algo que contrasta sobremanera con los paisajes áridos que nos podemos encontrar tan sólo unos pocos kilómetros al sur.
Aunque en nuestro viaje descubrimos muchos sitios casi desconocidos que nos dejaron sin palabras, en este post te voy a hablar sobre el que quizás sea el más conocido, el pueblo medieval de Frías, considerado uno de los pueblos más bonitos de España (¡y no me extraña!) y declarado Conjunto Histórico en 1972.
Se trata de un pueblo bastante pequeño, con apenas 220 habitantes, perfectamente conservado y presidido por el Castillo de los Velasco y su imponente torre.
Las casas son las típicas de la época medieval, construidas en piedra y madera vista sobre el cerro de La Muela (aunque con la expansión del pueblo muchas se encuentran ubicadas a las faldas de la colina), algunas incluso “colgando” hacia el precipicio. Las calles son estrechas y empinadas.
No es de extrañar que las vistas desde prácticamente cualquier parte de la villa sean una pasada, con el Parque Natural de los montes Obarenes – San Zadornil a un lado, el Parque Natural de Valderejo a otro y una gran llanura que se expande en el horizonte.
Frías está perfectamente indicado, vengas de la dirección de la que vengas (Cantabria, País Vasco o Burgos). Para entrar al pueblo tendrás que cruzar un puente sobre el río Ebro.
Si te apetece, puedes dedicar unos minutos a contemplar y pasear por el antiguo puente medieval.
Al llegar a Frías encontrarás con facilidad un parking bastante amplio que hay a los pies del castillo.
Se puede decir que nosotros fuimos muy afortunados, ya que durante nuestra visita no nos encontramos a más de 10 vecinos paseando por el pueblo y prácticamente a ningún turista.
Es más, tuvimos la suerte de tener el castillo sólo para nosotros, así que nos lo pudimos tomar con mucha calma.
Si te pasa como a nosotros y te encuentras la puerta del Castillo de los Velasco cerrada, no desistas, ve a la oficina de turismo que está cerca de la entrada al castillo y pídele a quien esté allí que te lo abra, ya que si no hay visitas lo suelen tener cerrado. La entrada cuesta 1,5 €.
Las vistas desde la parte alta del castillo son inmejorables, eso sí, te recomiendo que andes con mil ojos, ya que el suelo y las escaleras son bastante irregulares y estrechas, así que cualquier tropezón puede ser peligroso.
La parte más alta del castillo es la torre del homenaje. Ésta sufrió varios derrumbes durante los siglos XVII, XVIII y XIX, causando grandes daños en la parte baja del pueblo, llegando incluso a matar a 30 personas una de las ocasiones.
Por ello, lo que vemos en la actualidad no es la torre original, ya que ésta fue reconstruida para evitar posibles desgracias.
Frías es un pueblo increíble, lleno de historia, de vecinos amables y de rincones mágicos. Además es súper fotogénica, así que si tienes la oportunidad no dejes de visitarla y de disfrutar de ella.