Encontrar un buen sitio donde comer durante nuestros viajes es uno de los aspectos que más nerviosa me ponen a la hora de prepararlo…
Me gusta llevarlo todo organizado al milímetro y, aunque no siempre lo consigo, intento ser fiel en la medida de lo posible al itinerario original; así que como me encanta comer bien (y a mi compañero habitual de viaje, todavía más), siempre intento llevar un par de direcciones de restaurantes contrastadas desde casa para luego evitar (o al menos intentar evitar), posibles sustos.
Aunque esta vez era un viaje de chicas, como os contamos en Diario de Viaje: Lisboa en día y medio, se trataba de un regalo de cumpleaños, así que nos merecíamos un capricho.
Necesitábamos un sitio bonito, llamativo, bueno y no demasiado caro. Buscando en Tripadvisor, encontramos el restaurante Chapito, un bar muy peculiar que además de cumplir con todos esos requisitos, ¡tenía unas vistas increíbles!
El carismático Restaurante Chapito
Situado a los pies del Castelo de Saõ Jorge, Chapitô es mucho más que un restaurante; es, como ellos mismo explican en su página web…
“un espacio pluridisciplinar donde se desenvuelven actividades en tres áreas distintas en permanente articulación: acción social, formación y cultura. Titular de un saber hacer único en el campo de la acción socioeducativa (integración social de los jóvenes a través de las artes circenses) y de la formación, Chapitô trabaja para alargar la creación del valor social y cultural, siendo esta conjugación lo que explica la longevidad del proyecto y que lo convierte en un ejemplo único de referencia nacional e internacional”
Aunque más o menos nos hacíamos una idea de lo que nos íbamos a encontrar allí, no pudimos evitar sorprendernos cuando nos abrió el telón que había por puerta un chico disfrazado de “imposiblesaberqué“.
Otros seres extraños deambulaban por entre las mesas de la terraza entreteniendo a quienes estaban disfrutando de una noche de invierno al calor de las estufas copichuela/mojito en mano.
Ya habíamos reservado mesa con antelación vía e-mail (chapitoamesa@gmail.com) y cuando llegamos nos quedamos boquiabiertas viendo la que nos habían asignado… una mesa ubicada justo en la esquina del comedor, con unas vistas fantásticas sobre Lisboa.
Para comer algunas eligieron Entrecote de ternera (19 € plato), otras preferimos Bacalao a la alentejana (con una salsa de tomate muy rica, 18 € plato) y de postre compartimos helado (2,6 €), extravagancia de chocolate (9 €) y una tabla de quesos portugueses (11 €), lo que una vez sumado el agua (7,6 €) y dividido entre 6, vendría a ser sobre 23,5 € por persona.
Como veis, nada caro teniendo en cuenta el sitio, la originalidad y la amabilidad del personal, que incluso habiendo llegado tarde, al final de la cena tuvieron la amabilidad de llamar a dos taxis para que nos recogieran en la puerta del restaurante para llevarnos de vuelta al hotel.
Así que ya sabes, si estás buscando algo fiable y sorprendente, no encontrarás una opción mejor que el restaurante Chapito, ¡100% recomendable!