Ginebra, en Suiza, lo tiene todo. Es de tamaño medio, con un centro histórico muy atractivo y está rodeada por unos paisajes que crean un marco natural del que pocas ciudades pueden presumir. Eso hace que, pese a la gente y el tráfico, en todo momento te sientas cerca de la naturaleza.
De todas formas, siempre es recomendable aventurarse un poco más allá del centro, de los límites habituales de las ciudades, para así descubrir espacios menos turísticos y conocidos pero que merecen mucho la pena.
En el caso de Ginebra, una opción fantástica es subir al Mont Salève, una montaña de 578 metros (1.379 metros sobre el nivel del mar en el punto más alto) que se encuentra justo en la frontera entre Suiza y Francia.
Cómo subir al Mont Salève
Para subir al Mont Salève, a 1.097 metros, hay varias opciones:
1. En teleférico: para llegar hasta allí en transporte público desde el centro de Ginebra (Pont du Mont Blanc) hay que coger la línea 8 (Veyrier → Douane) del autobús y bajarse en la última parada. El recorrido tarda 20 minutos aproximadamente, pero depende del tráfico y de la hora. Se puede pagar en euros (11.3 €) o en francos. Durante el mes de diciembre permanece cerrado.
Puedes consultar horarios y más información sobre cómo subir al Mont Salève en teleférico.
2. En coche: el acceso en coche se puede hacer a través de la carretera D41A por el pueblo de Monnetier o por las curvas de la D45 para luego empalman con la D41A en La Croisette. El coche da mucha libertad para moverse, pero el trayecto desde el centro de Ginebra es un poco largo, de unos 45 minutos.
3. A pie: también se puede subir caminando siguiendo diferentes senderos desde la base del Mont Salève. La ruta más habitual (y creo que más rápida) parte desde la estación inferior del teleférico y asciende durante dos horas más o menos. Además, si eliges subir a pie, durante el recorrido podrás visitar un templo budista (Shedrub Choeckhor Ling) que hay escondido en el bosque.
Qué hacer en el Mont Salève
Gracias a la altura del Mont Salève, las vistas son espectaculares. Se puede contemplar Ginebra desde arriba a la perfección, pero también otro lugares interesantes como el lago Lemán, el río Ródano, las montañas del Jura o los Alpes, con el Mont Blanc sobresaliendo por encima del resto de cimas.
No es de extrañar tampoco, debido a su pendiente cortante (prácticamente vertical), que sea uno de los lugares preferidos para saltar en parapente, contando incluso con una plataforma especial para lanzarse.
Así que, si como a mí, también te entretiene ver cómo practican este deporte, éste es el lugar perfecto para ello.
Otra de las actividades que se pueden hacer por allí son diferentes rutas de senderismo por la cima de la cordillera, pudiendo incluso subir hasta el Grand Salève o al Grand Piton, las dos principales cimas del Mont Salève.
Este lugar no puede ser más agradable para ello, ya que una vez superado el principal desnivel, el resto del terreno es relativamente llano, solo con algunas cuestas no muy pronunciadas en algunos tramos.
De todas formas, si prefieres un plan menos activo siempre puedes optar por disfrutar de uno de los dos restaurantes que hay a la largo de la carretera D41A: L’Observatoire y el restaurante panorámico de la parte superior del teleférico. Además, también tienen terraza por si el tiempo acompaña…
Para mí es todavía mejor la vista panorámica desde el restaurante L'Observatoire que desde el teleférico. Desde L'Obervatoire se ve mejor porque no hay grandes árboles y además tiene un parking bastante amplio.
2 comentarios
¡Qué bonito Sandra! sí que sorprende tanta naturaleza a un paso del centro de la ciudad, es una combinación perfecta
Me pido tu camiseta je je
Un Beso
¡Sí! Ginebra es una ciudad perfecta para una escapada medio urbanita medio de naturaleza :) Ideal para un puente o finde largo jeje Mua!