A día de hoy parece casi imposible imaginar que a principios del siglo XXI en España aún hubiera pueblos aislados, como Bulnes, a los que solamente se podía acceder a pie.
Pequeñas aldeas en las que el paso del tiempo se ralentizaba irremediablemente permitiendo que éstas conservasen intacto su carácter rural.
Bulnes, un pequeño pueblo del concejo de Cabrales (Asturias) con a penas 50 habitantes que viven de la ganadería, el turismo y la elaboración del queso Cabrales y que está ubicado en las entrañas del macizo central de los Picos de Europa, es uno de ellos, o al menos lo fue hasta 2001 cuando se construyó el funicular que ahora conecta la aldea con el vecino pueblo de Poncebos.
¿Cómo llegar a Bulnes?
Funicular de Bulnes
Hasta esa fecha el acceso solo se podía realizar por un estrechísimo y empinado sendero de firme irregular, el que recorre la Canal del Texu (tejo en castellano), un camino que cuesta creer que hace tan pocos años todavía fuera la única vía de comunicación para los habitantes de Bulnes.
Además de ser una opción fantástica para transportar comida u otros productos de primera necesidad para los habitantes del pueblo o incluso para sus animales, el funicular subterráneo ha servido también para abrir sus puertas a un abanico más amplio de turistas, ya que a penas tarda 7 minutos en recorrer los 2.200 metros de túnel y 400 metros de desnivel que separan la estación en Poncebos y la oficina de Bulnes.

Precios y horarios
Aparcar en temporada alta no es fácil ya que desde Poncebos sale también la Ruta del Cares, así que te recomiendo madrugar mucho.
Si no consigues aparcamiento puedes dejar el coche en Arenas de Cabrales y desde allí coger el autobús lanzadera.
Precio: 17,61 € (solo ida) – 22,16 € (ida y vuelta)
Horario: 15/6 a 15/9 ⇒ 10:00 a 20:00 | 16/9 a 14/6 ⇒ 10:00 a 12:30 y 14:00 a 18:00
* De lunes a viernes (laborables) hay un viaje extra a las 8:30
* Los viajes son cada 30 minutos
El pueblín de Bulnes
Una vez arriba, solamente hay que caminar unos 5 minutos por una pista de tierra para alcanzar la Villa, el barrio más grande y conocido de los dos que forman el pueblo.
El otro es Bulnes de Arriba (las casinas minúsculas que puedes ver en el centro de esta foto de aquí abajo) y se accede tomando la pista que baja a mano derecha según sales del funicular.

Tanto el recorrido hasta el pueblo como el propio pueblo son preciosos. Casas de paredes de piedra caliza y tejados de teja roja (algunas restauradas y otras no), muchas de las callejuelas aún de tierra, terrazas encantadoras a la ribera del río o bajo frondosos árboles…
Cada estampa es más bonita y pintoresca que la anterior, pero recuerda, aquí vive gente que, aunque agradece tu visita, no le apetece que te hagas notar demasiado, así que sé respetuoso, no de adentres más de la cuenta donde no debes y habla bajito.
¡Ah! Y como reza algún cartel… Si llevas perro mantenlo atado y no tires piedras al río para no alterar la vida acuática. En definitiva, sé un turista responsable.







Desde el barrio de La Villa, en Bulnes, aún se puede ir un poco más allá… Está la opción de llegar hasta Pandébano, un tramo del sendero GR-202 (Ruta de la Reconquista) que según dicen es bastante sencillo y que tal como indicaba la flecha se hace en 1 hora y 15 minutos aproximadamente (solo ida).
Sin embargo, nosotros nos conformamos con llegar hasta el mirador de Bulnes, unos 10 minutos de ascenso por un camino estrecho y resbaladizo con unas vistas de escándalo del Picu Urriellu (o Naranjo de Bulnes).



Pese a que las nubes nos jugaron una mala pasada, después de unos cuantos minutos esperando (más de 10 y de 15) por fin pudimos ver asomar el Picu Urriellu (2.519 metros), eso sí, solo durante unos segundos, los suficientes como para quedarnos embobados con la majestuosidad de esta mítica montaña.
Además, también pudimos contemplar brevemente la cima del Torre Cerredo, la montaña de mayor altura de toda la Cordillera Cantábrica con 2.648 metros de altura, ¡casi nada!

La Canal del Texu
Después de una parada de avituallamiento en uno de los bares del pueblo volvimos tras nuestros pasos hasta la estación del funicular, pero esta vez decidimos coger la pista que baja y continuar caminando por la Canal del Texu para ver con nuestros propios ojos en qué condiciones estaba el camino y cómo era de duro y de bonito.
Como senda decir que está en bastante buen estado (forma parte de la Ruta de la Reconquista GR-202), pero solo de imaginarme a la gente del pueblo bajando y subiendo por allí por obligación, con los animales y cargados me invade un sentimiento de admiración enorme.


El camino es estrecho, muy estrecho en algunos tramos y en ciertas zonas gana bastante altura.
El firme es irregular y la pendiente considerable en algunos tramos (aunque no peligrosa ni difícil), lo que obliga a llevar las piernas en tensión prácticamente todo el rato.
Al menos a nosotros nos temblaban al final del recorrido…
Eso sí, en bajada no se tarda demasiado, una hora y media o un poco más para recorrer una distancia de 5 kilómetros. De todas formas no te confíes, aunque el recorrido no sea muy largo, si te planteas subir a pie, ten en cuenta que la cuesta es considerable y el esfuerzo, si no estás en un estado físico tirando a muy bueno, también.



Por el fondo del desfiladero discurre un pequeño riachuelo que nos recuerda que por ese mismo lugar se deslizaba hace miles de años un glaciar que nacía en la base del Urriellu y que descendía haciéndose paso y construyendo el paisaje que podemos contemplar hoy en día.
Si te atreves siempre puedes aprovechar al final de la ruta para descalzarte y disfrutar (o sufrir, según se mire), de las gélidas y cristalinas aguas del río, está congelada pero después del esfuerzo merece la pena.



El recorrido termina justo al lado del puente La Jaya, que sortea el río Cares y que está pegado a la carretera por la que tendremos que caminar unos metros hasta llegar a Poncebos, nuestro punto de partida y también de llegada en esta agradable excursión.

8 comentarios
Hola, te escribo desde Bulnes, Chile. Agradezco las imágenes que has subido, son geniales para conocer y tener una idea de la zona. Nuestro nombre como comuna y ciudad proviene de esta parroquia, una familia Bulnes que luego se traslada a Potes (Cantabria) antes del s. XVII. Desde Potes, cerca de 1750 llega Toribio Alfonso de Bulnes hasta Concepción (Chile) y funda la familia Bulnes en Chile. Posteriormente en 1839, uno de sus descendientes que se dedica a la vida militar sale victorioso de una serie de batallas contra Perú y en su honor se le da el nombre de Bulnes a una naciente villa de la provincia de Ñuble. Saludos!
wow! Me ha encantado la historia de la traslación del nombre del pueblo de aquí a Chile, es muy interesante. Muchísimas gracias por compartirla. ¡Un abrazo desde Asturias! :D
Que lugar más increíble. Fue uno de nuestros rincones favoritos de ese viaje por Asturias y Galicia.
Creo que lo que más disfruté fue la bajada, aunque fue más larga de lo que pesaba los paisajes eran realmente impresionantes!
Es de lo más bonito que tiene Asturias… Menos mal que vinisteis porque sino igual seguía sin conocerlo jeje Me encanta que venga gente que me dé excusas para hacer estas expediciones jeje
Jolín que preciosidad, me gusta eso de ir por el camino que se hacía antes, ese tipo de experiencias me motivan mucho
Además veo caras conocidas por ahí de turistas emocionados ¡Qué bien os lo pasáis!
Un Beso
Lo bueno de ese día fue que éramos los 5 turistas porque ninguno había estado antes <3 jeje Muy emocionante y precioso!
Sandra, que buena pinta tiene esta zona, me ha encantado. Aunque he de decir que todo lo que nos presentas de tu querida Asturias es genial, me guardo el enlace porque me han entrado unas ganas locas de organizar una escapadita. Un abrazo.
Es que todo Asturias es impresionante pero los Picos de Europa son algo de otro planeta :) Un besote Raquel!