Las Médulas es uno de los paisajes más bonitos y singulares de toda España. Parece mentira, que a escasos 10 minutos de la ciudad leonesa de Ponferrada, en el Bierzo, podamos encontrarnos con este paraje tan diferente y tan parecido a nada que haya cerca.
Las Médulas es una antigua mina de oro de la época de los romanos y desde 1997 este paisaje forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. No es de extrañar, ¿verdad?
Aunque nosotros ya habíamos estado en Las Médulas hace unos años, este pasado verano decidimos volver para conocer el entorno un poco más en profundidad.
La primera vez nos limitamos a subir hasta el mirador de Orellán para tener una panorámica del parque y accedimos también a la claustrofóbica galería de Orellán (lo cierto es que lo pienso ahora y creo que porque me pilló de jovenzuela, sino no habría entrado jeje).
Esta última vez nos decidimos por hacer dos sendas bastante cortas, ya que íbamos con el tiempo justo y hacia mucho calor, la senda del lago Somido (azul en el mapa) y la de las Valiñas (amarilla). Ambas sendas parten del centro de interpretación del parque y son muy llevaderas.
Aunque he de reconocer que el descubrimiento de este pequeño viaje, junto con las cerezas, que no tenía ni idea de que eran típicas del Bierzo, fue el cuturrús.
Por supuesto, ninguno habíamos escuchado el palabro antes y cuando lo vimos escrito en el cartel de un bar no conseguimos adivinar de qué se trataba (¿algún tipo de embutido, un postre?).
Para nuestra sorpresa, al terminar la ruta paramos en el bar a tomar algo y la dueña, muy amable ella, nos invitó a probar un chupitín de este licor (hierbas y miel) tan delicioso. Como no podía ser de otra manera, volvimos para Asturias con una botella de cuturrús artesanal…