Aunque París está lleno de joyas, hay lugares que aún permanecen escondidos a los ojos de la mayoría de turistas, quizás no por desconocimiento, sino por pereza a adentrarse un poco más en los recovecos de la ciudad y salirse del padre nuestro del turista (en este caso Torre Eiffel, Notre Damme y Louvre por ejemplo).
Hoy, voy a hablarte de una verdadera joya que sorprende a quienes la visitan y que a mi, pese a que ya sabía con lo que me iba a encontrar, me dejó absolutamente sin palabras, la Sainte-Chapelle de París.
La Sainte-Chapelle se encuentra en la ilê de la cité, una de las dos islas que tiene el río Sena y que alberga también la catedral de Notre Dame.
Pese a que no debería ser difícil encontrarla, a nosotros nos costó un poco porque buscábamos una capilla que se viese a simple vista, cosa que no ocurre salvo que vayas mirando hacia arriba todo el tiempo, ya que está dentro del Palais de la Cité.
Para acceder a la capilla hay que caminar un poco una vez hayamos cruzado la puerta del palacio (las entradas también se compran dentro).
Esta maravilla fue construida por mandato del rey Louis IX en el s.XIII para ser utilizada como relicario y además está considerada como una de las obras maestras del arte gótico.
La Sainte-Chapelle está dividida en dos capillas, la inferior destinada al pueblo llano (y que hoy alberga una tienda que aniquila el abrumador encanto que podría tener el piso inferior) y la superior para la realeza, con sus impresionantes vidrieras.
La capilla superior es una auténtica pasada, el tamaño de las cristaleras que sustituyen a las paredes, todas compuestas por vidrieras (de más de 15 metros y que relatan diferentes escenas de La Biblia) hacen que la primera reacción al entrar en la sala sea la de sorpresa, porque es imposible imaginar la grandiosidad de la capilla hasta que pones un pie dentro.
Cuando nosotros fuimos (Enero de 2014), tuvimos la mala suerte de que la Sainte-Chapelle estaba en pleno proceso de restauración, por lo que no pudimos ver la capilla superior al completo ya que una parte estaba andamiada, ¡aún así nos pareció una maravilla!
Aunque la entrada es bastante cara y la visita más o menos fugaz (no te llevará más de 30 minutos), la Sainte Chapelle es un lugar que merece la pena ser visitado, disfrutado y que debería formar parte del plan de cualquier visita a la ciudad de la luz…
La Sainte-Chapelle: información útil para visitarla
• Horario:
1 de marzo al 31 de octubre → 9:30 – 18:00
1 de noviembre al 28 de febrero → 9:00 – 17:00
Cerrado de lunes a viernes de 13:00 a 14:00 y 1 de enero, 1 de mayo, 25 de diciembre todo el día.
• Precio:
General: 8.5 €
Precio reducido: 5.5 €