El cementerio modernista de Comillas

Como había oído hablar maravillas de su cementerio, el pasado fin de semana, en nuestro viaje exprés al festival ‘Santander Music’, decidimos hacer una parada (muy efímera) en Comillas para visitarlo.

Como ya os conté en algún post anterior, soy muy fan de los cementerios (supongo que sonará tan raro leerlo como a mí me lo está pareciendo al escribirlo jaja) y siempre que voy de viaje me gusta visitar un par de ellos para ver hasta qué punto son diferentes de los que conocía hasta el momento.

Así que aunque éste estaba prácticamente al lado de casa y pese a que no podría diferir en gran medida de los cementerios que ya conocía, nos decidimos a hacerle una pequeña visita.

De estilo modernista, el cementerio de Comillas está erigido sobre las ruinas góticas de lo que en algún momento había sido la iglesia del pueblo.

Fue el arquitecto Lluís Doménech i Montaner quien se encargó de su reconstrucción y ampliación en el año 1893.

Las verjas en forja de hierro son un elemento muy característico de la arquitectura modernista y como no podría ser de otra manera, nos encontramos con una a la entrada al camposanto.

El cementerio conserva aún ese toque gótico y misterioso gracias a las imponentes esculturas del ángel blanco y a la que preside el mausoleo de la familia del Piélago, ambas obras del artista Josep de Llimona.

Si os acercáis hasta Comillas, además de visitar el cementerio, os recomiendo que os detengáis en otros monumentos como son el Capricho de Gaudí, la Universidad Pontificia o el Palacio de Sobrellano.

De ellos os hablaremos más adelante, porque es sorprendente, que para lo pequeña que es la villa de Comillas, tenga tantas cosas para ver y tan peculiares…