Hoy se acaba oficialmente la Navidad… sí, siento tener que ser yo la que te baje de la nube, pero hoy ponemos fin a medio mes de celebraciones y excesos, pero sobre todo a unos días que seguramente habrás aprovechado para pasar con tus seres queridos, o no… quizás hayas optado por ir a contracorriente y tomarte unos días de relax lejos de todo.
Sea como fuere, lo que sí es seguro es que muchos os veréis obligados a coger un avión estos días y como la historia se repite, volverán los miedos e inseguridades hacia ese aparato del demonio y a la “extraña ciencia que hace que se mantenga en el aire”.
Es alucinante el número de personas que llegan a nuestro blog buscando ‘por qué se caen los aviones’. ¿Por qué se caen? quizás la pregunta debería ser ‘por qué no’, puesto que el número de percances es infinitamente inferior al de trayectos existosos. Pero como el miedo nos impide pensar con lógica y claridad, hoy, como buena reina maga, te traigo “10 consejos para volar tranquilo”, una pequeña guía para que tengas respuesta a esas paranoias que se forman en tu cabeza cuando pones un pie en el avión.
(Algún día también te contaré cómo conseguí volar tranquila – contra todo pronóstico – después de ver ‘Perdidos’)10 consejos para volar tranquilo
1. Las turbulencias se dividen en ligeras (nivel 1 en el radar), moderadas (nivel 2), severas o fuertes (nivel 3) y extremas (niveles 4, 5 y 6). Si como yo, tienes un miedo horrible a volar, quizás lo que más te tranquilizará será saber es que está totalmente prohibido volar en zonas de turbulencias severas y extremas. Así que cuando el avión comience a moverse puedes respirar tranquilo y pensar que si fuese peligroso no estarías pasando por esa zona.
2. El avión es mucho más resistente de lo que piensas, de hecho, resistiría perfectamente los cuatro niveles de turbulencias. Las alas no se pueden romper, son extremadamente flexibles para evitar posibles roturas y para ello se realizan pruebas de torsión de las alas (Wing stress test).
Si prefieres ver un vídeo sobre una prueba de torsión de las alas, haz click aquí.3. Es físicamente imposible que una puerta se abra durante el vuelo. La presión, que es menor en el exterior que en interior de la cabina, las empuja hacia el quicio o hacia los mecanismos de bloqueo, así que ni intentándolo con todas nuestras fuerzas podríamos conseguir abrirlas.
4. Los pilotos están entrenados para gobernar el avión incluso en una situación extrema como podría ser el caso de que al avión le fallaran todos los motores. Si se diese esta situación, el avión caería unos segundos (situación de pérdida) hasta que el piloto lograse controlar los mandos y el avión volviese a recuperar velocidad (incluso con los motores aún apagados) para descender planeando. Por supuesto, esto sería una situación extrema; lo normal sería que tras unos instantes, el piloto consiguiese poner en marcha los motores en pleno vuelo y el viaje continuase con total normalidad.
5. En un avión, todo equipo que sea absolutamente esencial para la seguridad del vuelo va instalado por duplicado (y en algunas ocasiones por triplicado), por tanto, se puede volar perfectamente sólo con un motor. Incluso con todos los motores parados el avión podría descender planeando ya que es imposible que caiga en picado debido a las corrientes de aire que afectan a las alas del avión.
6. El mantenimiento al que está sometido el avión es muy estricto. La revisiones durante la vida de un avión son numerosas y periódicas (diarias, semanales, anuales…), así hasta llegar a ‘la gran parada’, que se produce cada 5 o 10 años y que consiste en desmontar el avión de arriba abajo, de delante a atrás y de dentro a fuera, todo todo, incluso la pintura. Además también es necesario realizar todas las pruebas tanto de vuelo como de resistencia de nuevo. Desde este momento el avión tiene ‘0’ horas de vuelo otra vez.
7. Otra prueba de sangre que le hacen al avión es arrojar pájaros muertos a la boca de entrada del motor (una vez ha alcanzado la potencia máxima) para ver que realmente soporta el impacto y la consecuente pérdida de potencia, que debe ser mínima para que el avión continúe sin verse afectado. De todos modos, hoy en día la mayoría de los aeropuertos tiene instalados sistemas de frecuencias que ahuyentan a las aves, por lo que el riesgo es mínimo tanto para nosotros como para los pájaros. Además, en el hipotético caso de que se produjese un fuego en el motor, éste sería capaz de aislarlo, por lo tanto no se produciría ninguna explosión y no saltarían piezas al resto del fuselaje.
Si nos viéramos envueltos en una situación como ésta, lo que pasaría es que el avión continuaría tomando altura con la intención de volver a aterrizar para revisarlo y ver lo que ha sucedido. Por si no me crees, aquí te dejo un vídeo donde se ve claramente que no pasa absolutamente nada.
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=9KhZwsYtNDE#t=565]
8. Las probabilidades de salir vivo de un accidente aéreo son muchísimo más altas de lo que piensas. Tan sólo el 20% de pasajeros que sufren accidentes aéreos fallecen. Un dato a tener en cuenta es que el riesgo de viajar en coche es 625 veces mayor al de viajar en avión, mientras que en barco es 8 veces y en tren 10 veces mayor.
9. El piloto siempre vuela dejando mucho margen con los límites que resiste el avión, mucho mucho margen, ya que siempre volará al 50-60% de lo que verdaderamente aguanta la aeronave.
10. En último lugar, pero no por ello menos importante, debemos tener en cuenta la excelente preparación que reciben todos los responsables de nuestra seguridad durante el vuelo, tanto controladores aéreos (que aunque no se les vea cumplen una de las funciones más importantes y críticas) como pilotos y tripulación de cabina (=azafatas/os).
Y si nada de esto te convence…